El analista destaca que más allá de su curva de adopción, el propósito de Bitcoin nace de la necesidad de protegerse contra la inflación y la degradación de las monedas tradicionales.
La trampa de mirar solo la adopción
El popular analista cripto PlanB , creador del modelo Stock-to-Flow, compartió una reflexión que busca corregir un error común: reducir a Bitcoin a un fenómeno de adopción tecnológica más, como lo fueron los teléfonos móviles o Internet. En su posteo en X, PlanB acompañó una gráfica de BlackRock que compara la adopción de tecnologías en EE. UU. desde 1900, ubicando a Bitcoin en una etapa temprana dentro de esa curva.
Pero lejos de conformarse con el paralelismo, el analista fue más allá:
Bitcoin es mucho más que solo adopción tecnológica. El motivo central de su creación fue el debilitamiento del dinero fiat a manos de bancos centrales, mediante impresión descontrolada y políticas inflacionarias.
PlanB
Una crítica al sistema monetario tradicional
PlanB recuerda que Bitcoin nació como respuesta directa a la política monetaria expansiva y a los riesgos del sistema fiduciario. Fue diseñado para tener un suministro limitado (21 millones de unidades), reglas predefinidas y resistencia a la manipulación, todo lo contrario a lo que caracteriza a las monedas emitidas por bancos centrales.
Esta crítica se vuelve particularmente relevante en un contexto actual donde la inflación sigue golpeando a economías desarrolladas, y los bancos centrales aún debaten si reducir o mantener las tasas en niveles históricamente altos. En ese escenario, Bitcoin reaparece no solo como activo especulativo, sino como una forma de protección.
Adopción, sí… pero con un propósito más profundo
La gráfica compartida por PlanB posiciona a Bitcoin en una fase de adopción cercana al 10–15 %, muy por detrás de tecnologías como el smartphone o el Internet, pero en ascenso. Sin embargo, lo que diferencia a BTC no es su rapidez de adopción, sino el «por qué» de su existencia.
Mientras que otras tecnologías nacieron para facilitar la vida, Bitcoin nació -según PlanB- como una defensa estructural frente a la degradación del valor del dinero. En ese sentido, el avance en su uso no debe medirse solo por cantidad de usuarios, sino por su relevancia frente a las fallas del sistema financiero global.
