El nominado de Trump para la Fed enfrenta una prueba crucial de la independencia política del banco central

Stephen Miran, el nominado para un puesto en la Reserva Federal, se presentará a una audiencia de confirmación ante el Comité Bancario del Senado el 4 de septiembre, según fuentes familiarizadas con el asunto. Su nominación llega en medio de crecientes tensiones entre el presidente Donald Trump y la Reserva Federal, especialmente tras la reciente decisión de Trump de despedir a la gobernadora de la Fed, Lisa Cook, una medida que ha generado incertidumbre legal y controversia política [3]. Se espera que la próxima audiencia ponga a prueba el grado de apoyo republicano a los esfuerzos más amplios de Trump por ejercer influencia sobre el banco central [3].

Miran, quien actualmente preside el Consejo de Asesores Económicos de Trump, fue nominado para ocupar temporalmente una vacante en la junta de la Fed creada por la renuncia de la gobernadora Adriana Kugler. Si es confirmado, serviría hasta que expire el mandato de Kugler el 31 de enero de 2026. La administración busca la confirmación del Senado en septiembre para asegurar que Miran pueda participar en la reunión de mitad de mes de la Reserva Federal [3]. La nominación de Miran es vista por algunos como una jugada estratégica de Trump para cambiar la postura de la Fed en materia de políticas, especialmente en lo que respecta a las tasas de interés.

Los demócratas ya han manifestado su oposición a la nominación de Miran, citando preocupaciones sobre los intentos de la administración Trump de presionar a la Fed para que baje las tasas. El despido de Cook ha complicado aún más el proceso de confirmación, transformándolo en un debate político más amplio sobre la independencia de la Reserva Federal. Algunos senadores republicanos, que anteriormente defendieron la autonomía de la Fed, ahora podrían verse presionados a oponerse a la nominación si desean distanciarse de las acciones de Trump [3].

La administración Trump ha acusado a Cook de fraude hipotecario, alegando que esto justifica su destitución bajo la Ley de la Reserva Federal. Sin embargo, Cook ha negado las acusaciones y afirmó que Trump carece de la autoridad legal para despedirla. Un portavoz de la Fed enfatizó que los gobernadores solo pueden ser removidos “por causa justificada”, una disposición diseñada para proteger al banco central de la interferencia política. La posible batalla legal por el despido de Cook ha generado dudas sobre el precedente que podría sentar para futuras designaciones en la Fed y la integridad de las operaciones de la institución [3].

Se espera que el Comité Bancario del Senado examine minuciosamente las calificaciones de Miran y su alineación con los objetivos de política de la Fed. Dada la naturaleza polémica de la nominación y los desafíos legales y políticos en curso, la audiencia probablemente será un momento clave en el debate sobre la independencia de la Fed. Si Miran es confirmado, se uniría a una junta de la Fed que ya está en proceso de revisar varias políticas de la era Biden, incluidas aquellas relacionadas con préstamos justos y cambio climático [2]. Su confirmación podría influir en la trayectoria de la toma de decisiones del banco central de cara a las elecciones de 2026.

A medida que se acerca la audiencia, las implicancias más amplias para la Reserva Federal y la economía estadounidense siguen siendo objeto de un intenso escrutinio. El resultado de la votación no solo determinará el papel de Miran en la junta, sino que también reflejará hasta qué punto el Congreso respaldará o desafiará los esfuerzos de la administración Trump para remodelar la Fed. Con ambos partidos posicionándose en torno a la cuestión de la independencia institucional, la audiencia del 4 de septiembre se perfila como uno de los eventos más significativos en el actual panorama político y económico [3].