Pi Network lanza V23 y el mercado ni se inmuta

A pesar de una actualización mayor a la versión 23 de su protocolo, Pi Network tiene dificultades para despertar el entusiasmo del mercado. En un sector donde cada innovación es observada para reavivar el impulso alcista, el anuncio de los avances técnicos inspirados en el Stellar Protocol 23 y la integración de nuevas funcionalidades no han sido suficientes para dinamizar el precio de su token. Esta disonancia entre progreso tecnológico e inercia bursátil plantea dudas sobre la capacidad del proyecto para convertir sus evoluciones en valor real.

Una evolución tecnológica mayor, pero discreta

Mientras que la cripto estuvo cerca de un nuevo colapso seguido por una fuga masiva de inversores, Pi Network anunció el 27 de agosto pasado el lanzamiento progresivo de su actualización a la versión 23 de su protocolo, un paso estratégico construido sobre la base del Stellar Protocol 23.

Esta nueva versión introduce nuevas capas de funcionalidad y control para la blockchain. El objetivo es reforzar la estructura de la red mientras se prepara el ecosistema para su futura apertura al público general.

El despliegue de esta actualización sigue una lógica progresiva. Según información oficial, la transición sigue tres etapas :

• El testnet 1 : ya activo al momento del anuncio, sirve como banco de pruebas inicial ;

• Un testnet 2 : la siguiente fase prevista en las próximas semanas, permitirá ampliar las pruebas a una segunda capa de validadores ;

• El mainnet : la etapa final del cambio a la versión 23 a nivel de toda la red.

Incorporando el protocolo Stellar 23, Pi Network busca reforzar la estabilidad, mejorar la escalabilidad y aumentar la compatibilidad entre cadenas. Sin embargo, a pesar de la magnitud del trabajo técnico, no se ha registrado reacción significativa en el mercado, y la comunicación sobre el calendario exacto de la migración sigue siendo limitada.

Este relativo silencio contribuye a una percepción mixta de la actualización, que por ahora permanece confinada al ámbito técnico y poco visible al gran público.

Una inercia del precio reveladora de un escepticismo

En el lado del mercado cripto, la constatación es clara : el precio de PI se mantiene congelado en 0,34 $, por debajo de su media móvil exponencial a 20 días situada en 0,36 $, la cual ahora representa una resistencia técnica.

Esta configuración refleja una creciente presión vendedora que impide cualquier rebote significativo, a pesar del anuncio de la actualización. Peor aún, el Chaikin Money Flow (CMF), un indicador de flujo de capital, se sitúa en -0,11, una señal claramente bajista que indica salidas de fondos superiores a las entradas. En otras palabras, la confianza de los inversores sigue siendo insuficiente para reactivar la dinámica alcista.

Esta debilidad técnica, combinada con la ausencia de un catalizador narrativo potente, conlleva un riesgo real de retorno al suelo histórico de 0,32 $. Si este umbral cediera, se podrían alcanzar nuevos mínimos, comprometiendo aún más la credibilidad del token a corto plazo.

Sin embargo, en caso de un cambio de sentimiento y un cruce claro por encima de los 0,36 $, un objetivo alcista situado alrededor de 0,40 $ podría volver a ser viable. Esto supondría una inversión de los datos on-chain actuales, aún lejos de haberse iniciado.

Esta dicotomía entre progreso técnico e inercia del mercado plantea dudas sobre la percepción de Pi Network. La adopción real del protocolo, la claridad de su tokenómica, y especialmente la apertura completa de su Mainnet, capaz de desbloquear los bonos y saldos Pi congelados, siguen siendo condiciones necesarias para esperar un cambio de rumbo. En el estado actual, la evolución hacia V23 aparece como un avance discreto, pertinente a nivel tecnológico, pero aún desconectado de las expectativas del mercado cripto.