Las autoridades de El Salvador conmemoraron el cuarto aniversario de su histórica adopción de Bitcoin como activo de reserva y moneda de curso legal. La celebración se realizó mediante la compra de 21 BTC durante la jornada del domingo, según informó el presidente Nayib Bukele .
La cifra es altamente simbólica, ya que el número 21 representa el límite máximo de 21 millones de BTC. En una publicación en X, Bukele destacó la importancia de la fecha y dejó claro que la estrategia de compras recurrentes de Bitcoin se mantiene sin modificaciones.
Este gesto resulta especialmente oportuno en medio de la presión ejercida por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que exige a cambio de créditos internacionales que el país reduzca su exposición a Bitcoin. Aunque en algunos aspectos el gobierno salvadoreño ha cedido, mantiene firme la decisión de no negociar la continuidad de sus adquisiciones periódicas de BTC.
Pese a que el FMI asegura que El Salvador habría detenido el uso de fondos públicos para adquirir Bitcoin, no existe confirmación oficial de ello. Tras la última compra, las reservas nacionales alcanzan 6.313 BTC, valorados en unos 701 millones de dólares, según cifras oficiales. La inversión inicial ronda los 300 millones, lo que se traduce en ganancias no realizadas de aproximadamente 400 millones de dólares.
La adopción de Bitcoin de El Salvador ha sido exitosa
De acuerdo con el FMI, la compra de Bitcoin representa un riesgo elevado para El Salvador. Sin embargo, los resultados de estos cuatro años parecen contradecir esa visión. La acumulación de BTC en el tesoro nacional ha demostrado ser una estrategia ventajosa para el país.
Los números respaldan la postura del gobierno de desestimar las advertencias del FMI. La continuidad de las compras recurrentes muestra que la política de reserva en Bitcoin sigue vigente y, a cuatro años de este hito, los resultados son alentadores.
El gobierno ha dejado claro que esta estrategia está diseñada con un horizonte de largo plazo. En ese marco, se adoptaron medidas de seguridad adicionales, como la fragmentación de los fondos en distintas carteras, con el fin de mitigar riesgos futuros vinculados a la computación cuántica. Se teme que, en un horizonte mediano o lejano, este tipo de tecnología pueda vulnerar los actuales sistemas de encriptación.
Para proteger el patrimonio nacional, los fondos fueron trasladados a carteras sin clave pública, lo que añade una capa extra de seguridad. En definitiva, la adopción de Bitcoin y su preservación se han convertido en una prioridad estratégica para el gobierno de Bukele.
