Los últimos años de Charlie Munger: a los 99 años seguía invirtiendo con audacia y apoyando a su joven vecino para construir un imperio inmobiliario

Unos días antes de fallecer, Munger pidió a su familia que saliera de la habitación del hospital para poder llamar por última vez a Buffett, y así los dos legendarios socios se despidieron definitivamente.

Escrito por: Ye Zhen

Fuente: Wallstreetcn

El último capítulo de la vida de Charlie Munger no fue un retiro tranquilo junto al mar, sino un período lleno de vitalidad, inversiones contracorriente y nuevos desafíos. Este gigante de las inversiones, hasta el final de su vida, siguió tomando decisiones activas de inversión, forjando nuevas amistades y enfrentando con serenidad los desafíos de salud.

Según un reciente reportaje especial publicado por The Wall Street Journal, en sus últimos años, Munger dejó de lado su lujosa mansión con vista al mar en Montecito, California, y eligió quedarse en su antigua casa de Los Ángeles, que ni siquiera tenía aire acondicionado, simplemente porque estaba más cerca de las personas que admiraba y de los proyectos que lo entusiasmaban.

En su último año de vida, Munger apostó fuertemente, a contracorriente, por una industria que había evitado durante 60 años: la industria del carbón, y obtuvo más de 50 millones de dólares en ganancias no realizadas. En sus últimos años, también colaboró con un joven vecino, participando activamente en inversiones inmobiliarias y construyendo un imperio de departamentos valorado en unos 3 mil millones de dólares.

Al mismo tiempo, este legendario vicepresidente de Berkshire Hathaway también enfrentó problemas de salud como el deterioro de la visión, pero los afrontó con calma y humor, combatiendo la soledad de la vejez con desayunos regulares y cenas con amigos.

El reportaje, a través de los recuerdos de su familia y amigos, reconstruye a un Munger poco conocido, que en sus últimos momentos seguía pensando a gran velocidad, manteniendo su agudo olfato comercial y su pasión por aprender.

Apuesta contracorriente por acciones de carbón con grandes retornos

Para un inversor que evitó la industria del carbón durante 60 años, la acción de Munger en 2023 sorprendió al mercado.

Según The Wall Street Journal, en ese momento muchos inversores eran bajistas con respecto a la industria del carbón debido a la disminución sostenida en su uso, pero Munger vio una lógica diferente. Consideraba que, con el crecimiento de la demanda energética global, el carbón seguiría siendo necesario y que muchos productores seguían siendo rentables, mientras que sus acciones estaban bastante baratas.

“Leyó un artículo que decía que la industria del carbón estaba acabada”, recordó su hijastro Hal Borthwick, “y él dijo: ‘Pavadas’.”

Así, en mayo de 2023, Munger compró acciones de la productora de carbón Consol Energy y, más tarde ese mismo año, adquirió acciones de la productora de carbón metalúrgico Alpha Metallurgical Resources. Para el momento de su fallecimiento, el precio de las acciones de Consol se había duplicado y el de Alpha también había subido considerablemente; estas dos inversiones le generaron más de 50 millones de dólares en ganancias no realizadas.

Amistad intergeneracional y un imperio inmobiliario

Otra inversión extraordinaria de Munger en sus últimos años comenzó con una amistad intergeneracional.

En 2005, Avi Mayer, un vecino de apenas 17 años, tocó la puerta de Munger. Mayer estaba teniendo dificultades académicas y se sentía perdido respecto a su futuro. Munger se convirtió en su oyente y mentor, y lo apoyó para que dejara la universidad e ingresara a la “Universidad Munger”: aprender observando y practicando.

Años después, cuando Mayer se asoció con su amigo de la infancia Reuven Gradon para dedicarse al sector inmobiliario, Munger, tras observar sus primeras operaciones, decidió apoyar a su empresa, Afton Properties. Desde alrededor de 2017, los tres colaboraron en la adquisición de casi 10.000 departamentos de baja altura en el sur de California. Munger participó activamente en todos los aspectos del negocio, desde la elección de ubicaciones, evaluación de edificios y selección de colores de pintura, hasta decidir personalmente gastar cientos de miles de dólares en plantar nuevos árboles para mejorar el paisaje.

Siguiendo el consejo de Munger, la empresa optó por préstamos a largo plazo para asegurar tasas favorables y mantener los activos a largo plazo.

Esta estrategia resultó muy exitosa. Según The Wall Street Journal, citando a personas familiarizadas con el tema, los activos actuales de Afton Properties están valorados en unos 3 mil millones de dólares. Hasta sus últimos días, Munger seguía participando en las decisiones; pocos días después de su muerte, se cerró finalmente la compra de una propiedad frente a un supermercado Costco.

Enfrentar la vejez con serenidad y humor

En la última década de su vida, Munger comenzó a enfrentar desafíos de salud.

Según The Wall Street Journal, una operación fallida de cataratas en 1978 lo dejó ciego del ojo izquierdo, y alrededor de 2014, el nervio óptico de su ojo derecho también presentó problemas, enfrentando la posibilidad de quedar completamente ciego. Según recuerda su amigo Li Lu, Munger lo tomó con calma, incluso preparándose para aprender braille. Por suerte, la visión de su ojo derecho mejoró lentamente después.

Con la movilidad cada vez más limitada, dejó de lado hobbies como el golf y necesitaba apoyarse en un bastón para caminar. Pero siempre enfrentó los problemas de la vejez con humor. Solía bromear diciendo que el secreto de su longevidad era la Coca-Cola Light, y le comentó a un visitante: “Oh, si pudiera volver a tener 86 años, sería genial”. En cuanto a la alimentación, su familia finalmente desistió de mantenerlo en una dieta saludable; él disfrutaba de panchos de Costco, hamburguesas de In-N-Out y pollo frito coreano, entre otros deliverys.

Munger temía la soledad y volverse irrelevante, por lo que eligió una vida social más activa. Todos los martes desayunaba en el Los Angeles Country Club con un grupo de empresarios, compartiendo sabiduría sobre inversiones y filosofía de vida. Solía decirles a sus amigos: “A mi edad, o haces nuevos amigos, o no tienes ninguno”.

La última despedida con Buffett

Aunque en la última década de su vida Munger redujo su participación diaria en Berkshire Hathaway, su amistad y colaboración con Buffett se mantuvieron intactas.

Ambos hablaban por teléfono una vez por semana o cada dos semanas. Como Munger vivía en Los Ángeles y Buffett en Omaha, y ambos tenían problemas de audición, la comunicación era más desafiante.

Según recuerda su nieta política Whitney Jackson: “Gritaban por teléfono. Las conversaciones probablemente deberían haber sido confidenciales, pero cualquiera en un radio de una milla podía escucharlas”.

Según The Wall Street Journal, unos días antes de fallecer, Munger fue trasladado a un hospital cerca de Montecito. Pidió a su familia que saliera de la habitación para poder llamar por última vez a Buffett, y así los dos legendarios socios se despidieron definitivamente.