Latinoamérica aprieta el cerco y España se pone seria con el impuesto a las criptos

Saber cómo funcionan los impuestos para las criptomonedas es un básico para quien se sumerja en estos activos de renta variable.

México, Argentina, Brasil o Chile ya exigen que las ganancias con Bitcoin y otras criptomonedas aparezcan en la declaración anual, igual que cualquier otro activo financiero.

A la vez, la OCDE y los foros regionales de transparencia fiscal están empujando para que las administraciones latinoamericanas crucen más datos y persigan la evasión también en el mundo cripto.

El mensaje es claro: si se opera con criptos en la región, más pronto que tarde hay que aprender muy bien como declarar criptomonedas independientemente de dónde se viva.

España: las criptomonedas ya son “una casilla más” para Hacienda

En España el cambio ya es una realidad.

Desde hace un par de campañas, la declaración de la renta incluye un apartado específico para monedas virtuales, y la Agencia Tributaria recuerda cada año que las criptos se tratan, a efectos fiscales, igual que las acciones: generan ganancias o pérdidas patrimoniales que van a la base del ahorro del IRPF.

Eso significa que, cuando se vende o intercambia criptomonedas, se tributa según unos tramos progresivos.

Para la renta 2024/2025, las ganancias se gravan entre el 19 % y el 28 %, en función del importe total obtenido durante el año.

Si se pierde dinero, esas minusvalías pueden compensar otras ganancias de la cartera dentro de los límites que marca la ley.

Además de las ventas, hay otros supuestos que Hacienda mira con lupa:

• Recompensas de staking o lending: se consideran rendimientos del capital mobiliario (intereses) y también van a la base del ahorro.
• Airdrops o recompensas promocionales: en general se tratan como ganancias patrimoniales o incluso como rendimientos de trabajo/actividad si forman parte de una colaboración.
• Minería organizada con medios materiales: se considera actividad económica, con sus obligaciones de alta y cotización.

Si solo se “holdea” y no se vende, en principio no hay que declarar ganancias en la renta, porque no se ha producido ninguna transmisión.

Otra cosa es que, por volumen en las criptomonedas más rentables , se entre en el radar de otros impuestos.

Modelos, patrimonios y criptos en el extranjero

La pregunta que muchos se hacen es menos técnica y más directa: “¿cómo sabe Hacienda que tengo criptomonedas?”.

La respuesta corta, y es que cada vez tiene más información. Los exchanges que operan en España ya están obligados a reportar datos, y la normativa europea sobre intercambio automático de información va en la misma dirección.

Si se mantiene más de 50.000 euros en cripto en plataformas extranjeras, entra en juego el Modelo 721, que obliga a informar de esos saldos, de forma similar a lo que ya pasaba con las cuentas y valores fuera de España.

En patrimonios elevados, además, las criptomonedas de todo tipo, incluidas las mejores memecoins computan en el Impuesto sobre el Patrimonio y deben declararse igual que un fondo o una cartera de acciones.

Entonces, ¿por dónde se empieza?

A efectos prácticos, el punto de partida es tener bien ordenado todo el histórico de operaciones: compras, ventas, permutas entre criptos, comisiones, ingresos por staking, etc.

Con esos datos, se calcula la ganancia o pérdida aplicando el criterio FIFO (primero en entrar, primero en salir), igual que con las acciones.

A partir de ahí, lo razonable es:

1. Volcar las ganancias y pérdidas en las casillas de criptomonedas de la renta, dentro de la base del ahorro.
2. Revisar si tienes saldos significativos en exchanges fuera de España para valorar si te afecta el Modelo 721.
3. Consultar con un asesor fiscal si haces minería, tienes una actividad cripto recurrente o manejas importes altos; ahí la casuística se complica rápido.

No es el plan de fin de semana más divertido, pero dedicar unas horas a entender cómo declarar criptomonedas puede ahorrar un buen susto con Hacienda dentro de unos meses.

Esta información es general y no sustituye el consejo de un profesional, pero al menos sirve como mapa para no ir totalmente a ciegas.

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