El zar de IA y cripto de la Casa Blanca, David Sacks, rechaza nuevas acusaciones de conflicto de intereses

David Sacks desafió públicamente una investigación del New York Times sobre su conducta como zar de IA y cripto de la Casa Blanca, argumentando que el periódico pasó meses persiguiendo acusaciones que carecían de pruebas.

En una declaración publicada en X el domingo, Sacks afirmó que cinco periodistas del New York Times fueron asignados durante el verano para encontrar un conflicto de intereses relacionado con su rol en el gobierno y su experiencia en el sector tecnológico.

"A través de una serie de 'verificaciones de hechos' revelaron sus acusaciones, las cuales refutamos en detalle", escribió Sacks.

El artículo del New York Times en cuestión, titulado "El hombre de Silicon Valley en la Casa Blanca se beneficia a sí mismo y a sus amigos" y publicado el 30 de noviembre, alega que David Sacks utilizó su doble rol como zar de IA y cripto de la Casa Blanca y como importante inversor tecnológico para impulsar políticas que podrían beneficiar sus propias extensas participaciones relacionadas con IA y criptomonedas, así como las de sus asociados en Silicon Valley.

Las supuestas afirmaciones del informe incluían el impulso de Sacks para flexibilizar las restricciones a la exportación de chips, su participación en un gran acuerdo de chips de IA con los Emiratos Árabes Unidos, su apoyo a la GENIUS Act mientras una empresa de su portafolio podía beneficiarse, y la manera en que su posición en el gobierno elevó su podcast "All-In".

A principios de este año, Sacks dijo que vendió una cantidad sustancial de criptomonedas y otras participaciones financieras antes de que la administración Trump asumiera el cargo en enero, como informó previamente The Block. Sin embargo, el artículo del New York Times también alegó una divulgación incompleta de sus inversiones restantes, lo que reavivó preguntas sobre posibles conflictos de intereses.

"Cualquiera que lea la historia detenidamente puede ver que juntaron un montón de anécdotas que no respaldan el titular", respondió Sacks. "Y, por supuesto, ese era todo el objetivo".

Sacks contrata especialistas en derecho de difamación

Los especialistas en derecho de difamación Clare Locke, a quienes Sacks dijo haber contratado a medida que avanzaba la investigación, enviaron una carta detallada al medio describiendo lo que consideraron un patrón de tergiversaciones. La firma argumentó que el periódico "se propuso manchar la reputación del Sr. Sacks y desacreditar su punto de vista", a pesar de la orientación ética que lo eximía de conflictos. Según la carta, Sacks presentó las divulgaciones financieras requeridas al unirse a la administración como Empleado Especial del Gobierno y recibió dos cartas de ética —una relacionada con IA y otra con criptomonedas— tras la revisión de la agencia.

La carta de Clare Locke indicó que el New York Times sugirió incorrectamente que Sacks carecía de una carta de ética sobre IA durante un período y, por lo tanto, pudo haber influido indebidamente en la política. También disputó la noción de que Sacks debió haber presentado divulgaciones financieras adicionales para abordar posibles conflictos relacionados con participaciones o inversiones en criptomonedas. La firma escribió que Sacks "cumplió con todos los pasos que la [Oficina de Ética Gubernamental de EE.UU.] consideró necesarios para abordar cualquier posible conflicto" y que ni la agencia ni sus funcionarios expresaron preocupaciones sobre conflictos en políticas de IA o criptomonedas.

La carta también criticó las acusaciones de que Sacks promovió políticas que podrían beneficiar a empresas vinculadas a sus inversiones de riesgo, incluidas firmas con exposición a IA o tecnología financiera. Según el documento, Sacks ya se había deshecho de las participaciones relevantes dentro de los plazos requeridos por sus acuerdos éticos. También rechazó las afirmaciones de que influyó en decisiones de adquisiciones o promovió los intereses de empresas tecnológicas específicas, describiendo esas sugerencias como infundadas y, en algunos casos, "completamente inventadas".

Sacks afirmó que el New York Times cambió repetidamente a nuevas teorías a medida que las anteriores eran refutadas. "Cada vez que probábamos que una acusación era falsa, el NYT pasaba a la siguiente", escribió, agregando que este patrón explicaba por qué el proceso duró cinco meses y argumentando que la historia resultante no tenía sustancia.

En su sección final, la carta de Clare Locke instó al medio a abandonar el artículo y reconsiderar sus afirmaciones, afirmando que la continuación de la publicación demostraría una "despreocupación temeraria por la verdad o conocimiento subjetivo de falsedad".

Sacks dijo que publicó una copia de la carta para que los lectores pudieran ver el contexto completo detrás de la disputa, reiterando su opinión de que el New York Times "tergiversó deliberadamente o ignoró los hechos".

The Block se puso en contacto con el New York Times para obtener comentarios.